Resumen del Tratado V de Lazarillo de Tormes
En el Tratado Quinto, Lázaro entra al servicio de su quinto amo: un buldero, es decir, un vendedor de bulas, documentos que, supuestamente, otorgaban indulgencias a quienes las compraban. Este amo representa otra faceta más de la corrupción social y religiosa que critica la novela: el uso de la fe como negocio.

El Lazarillo de Tormes
Ver en Amazon y lee opiniones de otros lectores.

Lectura Express participa en el Programa de Afiliados de Amazon. Consulta nuestra Divulgación de Afiliados para más detalles.
El oficio del engaño
El buldero es un maestro de la manipulación y la teatralidad. Su forma de ganarse la vida es recorrer los pueblos vendiendo bulas, pero no lo hace con honestidad ni devoción, sino recurriendo a estratagemas y farsas para convencer a la gente de comprarlas.
El montaje con el alguacil
Uno de los episodios más memorables de este tratado es el engaño que el buldero organiza junto a un alguacil. Ambos simulan una discusión pública: el alguacil acusa al buldero de ser un embaucador, lo que capta la atención del pueblo. Luego, en mitad de la tensión, el alguacil finge desmayarse y tener convulsiones, momento en el que el buldero reza fervorosamente por su alma… y «milagrosamente» el alguacil se recupera.
La multitud, impresionada por lo que creen un milagro, acude en masa a comprar las bulas. Lázaro, testigo de toda la farsa, comprende que se trata de un espectáculo montado para manipular a los fieles.
Crítica a la religión como negocio
Este tratado evidencia con claridad la crítica mordaz del autor al uso mercantil de la religión, a la manipulación de la fe y a la figura de los falsos predicadores. El buldero no es más que otro farsante en la galería de personajes que explotan la miseria o la credulidad del pueblo para enriquecerse.
Lázaro, cada vez más consciente
En este punto de la novela, Lázaro ya no es el niño ingenuo del principio. Aunque sigue sirviendo a amos que lo explotan, su mirada es más aguda y crítica. Se da cuenta de las mentiras y del mundo podrido en el que vive, aunque aún no tiene poder para cambiarlo.
Conclusión del Tratado V
El quinto tratado de Lazarillo de Tormes es un retrato feroz de la corrupción moral dentro del ámbito religioso, presentado con el ingenio y la ironía característica del género picaresco. El buldero es una figura teatral, un charlatán que encarna la hipocresía institucional, mientras Lázaro continúa su aprendizaje en un mundo donde la astucia parece ser la única herramienta de supervivencia.