Resumen del Tratado IV de Lazarillo de Tormes
En el Tratado Cuarto, Lázaro entra al servicio de su cuarto amo: un fraile de la Merced. A diferencia de sus anteriores amos (el ciego, el clérigo y el escudero), el fraile es un personaje que aparenta piedad, pero cuya vida contradice la imagen religiosa que proyecta.
El Lazarillo de Tormes
Ver en Amazon y lee opiniones de otros lectores.
Lectura Express participa en el Programa de Afiliados de Amazon. Consulta nuestra Divulgación de Afiliados para más detalles.
Un fraile de lo más mundano
Este fraile mercedario, lejos de ser un modelo de devoción o humildad, es descrito como un hombre muy activo, siempre de aquí para allá, con constantes viajes, y al que le gusta mucho el trato con las mujeres. De hecho, Lázaro menciona que el fraile «era gran enemigo del coro y de la misa», lo que indica su desinterés por las labores eclesiásticas. Se hace evidente, así, la crítica social y religiosa presente en la novela.
Zapatos rotos de tanto andar
Una de las anécdotas más recordadas del Tratado IV es que el fraile le da a Lázaro sus primeros zapatos, un gesto aparentemente generoso pero que en realidad revela el estilo de vida frenético del religioso. Lázaro narra que los zapatos se le rompen rápidamente de tanto andar, lo que evidencia el ritmo agotador que le impone su amo.
Duración breve del servicio
Este servicio con el fraile es muy corto. El propio Lázaro reconoce que no soportó mucho tiempo este modo de vida y que «duró poco con él». Se marchó en busca de un nuevo amo, dejando atrás a un personaje más que se suma al desfile de figuras hipócritas y contradictorias que pueblan la obra.
Conclusión del Tratado IV
Este breve episodio, aunque corto en extensión, es rico en significado. El fraile representa una nueva forma de corrupción: la hipocresía religiosa, donde quien debería ser ejemplo de virtud, resulta estar más interesado en los placeres mundanos. La crítica social de Lazarillo de Tormes sigue afilada y directa, desnudando la falsedad de las apariencias y dejando al lector con una amarga pero lúcida reflexión sobre la España del Siglo de Oro.
